Hoy os quiero hablar de algo que me rompe el corazón, de algo que hace que me avergüence de pertenecer a una raza supuestamente Humana, supuestamente más inteligente que todas las demás, y supuestamente dotada de razón y reflexión.
Empezaré hablándoos de mis perros, en concreto de mi viejo Séneca dado que, de toda mi manada, es el que más se asemeja al perrito objeto de este artículo.
Como ya os he contado, Séneca es un viejito, tiene más o menos 13 años, 11 de los cuales pasó en un sitio donde eran muchos más como él, sin cuidados ni cariño. Su suerte cambio cuando fue acogido por el refugio de Esporles donde él y yo nos conocimos.
Mi marido y yo habíamos decidido acoger a un viejito, para que pasara sus últimos días o años en una casa con amor y comodidad.
No pensé que Séneca y yo nos “enamoraríamos” de aquella manera… Es cariñoso y le gusta sentarse en mi regazo, acurrucarse contra mi o apoyar su cabeza entre mi cuello y mi hombro. Me quiere muchísimo, hasta tal punto que mi veterinaria se nos queda mirando enternecida por tan bonita relación.
También sabéis que Séneca tiene unos cuantos defectos, empezando por su manía hacía mi pequeño ratero Marcel que quiere matar rompiéndole el cuello.
Para evitar tal desgracia, no tenemos más remedio que ponerle un bozal a Séneca (puede beber y comer chuches, pero no puede abrir la boca en grande, vamos, no puede enganchar al peque)…
La verdad, es un poco complicado, eso de tener que ponerle un bozal cuando están todos juntos, pero no tenemos más remedio, pues Séneca sigue intentando pillar al peque cada vez que lo tiene al alcance de sus fauces!
Dicho esto, Séneca es un guerrero. No tiene miedos, es fuerte y seguro de sí mismo peeeero, tiene 13 años, con lo que esto conlleva.
Tiene una leishmaniosis que se tiene que controlar mucho (hace poco tuvimos que cortarle la oreja), y de vez en cuando le dan unos ataques de reuma.
Precisamente anoche, cuando lo iba a coger en brazos como siempre para tumbarlo a mi lado de la cama (por lo visto, eso le encanta. Se hace el “muerto”, hasta que lo tumbe a mi lado y él pone su cabeza sobre mi brazo), pues se puso a chillar… Y resulta que tenía uno de sus ataques de reuma, para los que el remedio milagro es el previcox. Media pastilla, y esta mañana, el viejo gruñón amaneció como un chaval!
Bueno pues, como decía al principio de este texto, hay algo que me rompe el corazón… Veréis, en Son Reus (perrera municipal de Palma), anteayer a última hora de la tarde, unos “humanos” vinieron a abandonar a un perro viejito. Lo dejaron allí, como si de un muñeco de trapo se tratara, a sabiendas de que a esta edad, el pobre animal no tendría muchas posibilidades de librarse del sacrificio….
Las voluntarias que van a la perrera para pasear a los perros o para intentar encontrarles un hogar, presenciaron los hechos. Estas personas, sí que son HUMANAS, tienen mucho valor para ir a la perrera sabiendo que algunos de los perritos a los que dan cariño y paseos quizá no estén al día siguiente….
Eso, mientras existen personas maravillosas que se dejan la piel para ayudar a salvar más animales, unos impresentables ponen su correa al perro que vivió con ellos durante 10 años, lo suben al coche y se lo llevan tan tranquilos a Son Reus, para que el animal pase sus últimos días aterrorizado en una jaula, esperando a que vuelvan a buscarlo sus “amos” sin tener ni idea de que nunca volverán.
Los perros son mejores que nosotros, no conciben que se les abandonen, y se sientan o se tumban, a la espera de ver asomar por la reja la cara familiar del humano que ha sido su familia durante 10 años.
10 AÑOS… ¿Es que no representa nada a los ojos de los que le dejaron allí? ¿Es que no tienen conciencia?
¿Se pueden mirar a los ojos y no consumirse de culpa? Os lo digo, el que hace esto no se merece nada más desprecio…
Esta gente no es más que la chusma de la sociedad, no en sentido social sino en sentido moral. No tienen ni compasión, ni corazón, ni alma.
Y miro a mi viejo Séneca, y a mis otros perros, y me duele tanto… Solo pensar en lo que sufrirían si tuviesen que pasar por esto… ¿Cómo se puede ser tan insensible, tan cruel?
Te dedico este post, pequeño, espero tanto que haya alguien por aquí que te pueda hacer un hueco en su casa… Ya sé que solo necesita un rinconcito, con tu camita y tus caricias, y que volverás a ser feliz, para el tiempo que te quede de vida….Suerte, pequeño…
“Podenco andaluz. Macho viejito en Son Reus, jaula 19:
Lo abandonaron el sábado día 31 de agosto en Son Reus. Él muerto de miedo, los que le abandonaron, como siempre, se marcharon sin ningún remordimiento y sin mirar atrás. Como casi siempre lo abandonaron a última hora, por si no nos vamos suficientemente tristes de Son Reus nos regalan esta última imagen, un perro ya mayor que nos mira con esos ojos, que no entiende nada, que intenta escapar y que no puede hacer nada para evitar su destino. Su vida dependía de quienes le dejaron allí y a ellos no les importa ni su vida ni su sufrimiento. Solo nosotros podemos salvarle. Ojalá alguien se fije en ti “