VALOR DE MERCADO

Todas las cosas tienen un valor de mercado. Un coche tiene un valor de mercado, una casa tiene un valor de mercado, hasta los animales –que desgraciadamente en éste nuestro mundo tienen el estatuto de “cosas” o de “bienes”-tienen valor de mercado.

Hasta allí, lo tengo asumido (que no aceptado, en el caso de los animales).

Entiendo que mi coche vale una mierda (con perdón) porque tiene 10 años. Entiendo que mi televisor, que yo considero el no va más de la modernidad, empieza a ser obsoleto, tengo asumido que mi ordenador también es casi-casi un fósil.

En la era del consumismo de masa, de la política de usar y tirar, en fin, en el siglo XXI, todo tiene una fecha límite cada vez más corta.

Bien.

Pero es que ahora, tengo un problema. Verán ustedes, este año cumplo 45 años. Me considero todavía joven, tengo buen aspecto, me mantengo informada de las últimas novedades tecnológicas (¡ojo! No significa que las entienda todas, ehhh); en fin, intento estar “in the mood” como dicen los ingleses. De hecho, escribo un blog, o sea que si eso no es asumir la era del 2 punto 0, no sé qué es…

Pero bueno, a lo que iba: este año cumplo 45 años, con lo cual mi “valor de mercado” (de allí el título de este post) se está viniendo abajo. Todavía se me toma en consideración en los sondeos y las encuestas, y todavía puedo enviar mi curriculum vitae adonde me apetezca….Pero se me está acabando el tiempo…

El problema que tengo ahora, es que me estoy acercando a los 50, o mejor dicho a la quinta década de mi vida que me restará valor de mercado. Y visto lo visto, si tienes un empleo indefinido a los 40 y tantos, pues ¡no te muevas!!! Porque dentro de nada, ya no valdrás ni un pimiento…

Peor todavía… Dentro de 15 años (os recuerdo que el tiempo pasa volando, con lo cual, 15 años equivalen a 2 días en la era del 2 punto cero), cumpliré 60 años. Y cuando llegue a estas alturas, más me vale tener un empleo bien asegurado, de lo contrario, NADIE me contratará.

Sí, sí: lo que digo: NADIE ME CONTRATARÁ. Tendré 60 años (estos son 6 décadas), mucha experiencia, seguiré siendo la tía dinámica que escribía artículos en su blog cuando tenía 45 años, seguiré hablando perfectamente español y francés, seguiré dominando bastante bien el inglés (sino no lo domino más todavía con los años) PEEEERO seré vieja. VIEJA.

En el siglo XXI, siglo en el que se ha alargado la esperanza de vida, en el que pincharse botox está a la orden del día, en el que todo el mundo hace yoga, o pilates, o running, o natación, o aquabike (eso ya es más moderno), tenemos la esperanza de vivir hasta los 90 o 100 años, pero somos viejos a partir de los 60…

¿No es una paradoja esto? Es decir, puedes vivir hasta llegar a ser el centenario más longevo del siglo, PEEERO, no quita que tu valor de mercado se haya caído desde que cumpliste los 60 (¿o antes?).

No sé exactamente a qué edad llegamos a tener un valor de mercado nulo. Aunque creo que se puede intuir que los 50 son el “punto de no retorno”.

Os contaré algo: una de mis mejores amigas tiene 60 años. Es una máquina de hablar idiomas, te habla en español para luego saltar al inglés y volver al francés, sabe alemán, italiano, holandés, en fin un MOGOLLÓN de idiomas que ya quisiera yo hablar. Vamos, la típica persona que te gustaría tener en la recepción de tu hotel, porque con ella, sabes que toooodos tus clientes podrán expresarse y ser entendidos. Pues ¿os podéis creer que no encuentra curro? ¿A que es flipante??!!!

Evidentemente, cuando presenta su cv y que no la seleccionan, la empresa no le contesta diciendo: ”Señora, es usted demasiado mayor, no la queremos”. NO. De hecho, NI CONTESTAN ya que hoy en día, por muy era 2 punto 0 que sea, no se tiene educación.

Es decir, en RRHH, te piden que envíes tu cv con carta de motivación, tienes que ser amable, flexible, sonriente, dinámico, maleable, a veces rastrero, pero RRHH, una vez ha recibido tropecientos mil CV con sus correspondientes cartas de motivación, no tiene ni la decencia de contestarte. Vamos, ni un mísero e-mail…

Veamos: Alguno de vosotros, empresarios que me leen (espero que los haya, para eso escribo este post, leñe) contrataría a una mujer inteligente y dinámica de 60 años? O consideráis que su valor de mercado ya es nulo?

Se abren las apuestas: ¡Os espero!