Hola Amig@s:
No hace falta que os cuente que hago de mi escaso tiempo libre. Ya sabéis que me dedico a ayudar, con mis pequeñas posibilidades, a los animales abandonados y/o maltratados que las perreras mallorquinas sacrifican por doquier.
También tengo la suerte de conocer a muchas personas maravillosas con quienes comparto mi pasión, y os lo aseguro, en el mundo de locos en el que vivimos, es una delicia, y un alivio, saber que existe esa clase de personas.
Ya os veo venir con el “típico tópico” que los animaleros, o animalistas o como queráis llamarnos sólo se interesan por los animales y no por los humanos…
Eso, como ya he dicho es sempiterno estribillo… Pero antes de criticar, hay que saber de qué se habla, y la gente como yo, pues no sólo se desvive por los “bichos”… Ayudamos a cualquier ser indefenso o inocente que lo necesite. La gran mayoría de la gente del mundillo de la protección animal dedica tiempo a los niños necesitados, es socia de asociaciones como Unicef o Aldeas infantiles, y ya he visto muchos refugios (¡ojo! Un refugio no tiene nada que ver con una perrera) organizar colectas de alimentos para la Cruz Roja.
Porque cuando se tiene corazón y humanidad, es para todas las grandes causas, y me gustaría que os dierais cuenta de ello sin tener yo que explicarlo…
En fin, a lo que iba:
Desde ayer estoy absolutamente indignada (y eso, ya es mucho, porque vivo en una perpetua indignación)…
Me he enterado por el periódico, que un caballo de trote había muerto, debido a los golpes que le propinaron supuestamente su dueño, o su entrenador, o su qué-sé-yo al haberse portado mal el animal durante la carrera que acababa de correr…. ¿pero en qué mundo vivimos??? Y claro, por un caso que sale a la luz, ni quiero pensar en lo que se queda sepultado bajo la horrenda chapa de plomo que es el silencio…
Ese silencio que permite el asesinato de miles de animales cada año, aquí en Mallorca y en el mundo entero… Y ese mismo silencio que condena niños a sufrir los abusos de los que tendrían que velar por ellos…
Ya estaba yo bastante sulfurada y, por la noche, hablo con una amiga mía que tiene un refugio, y me cuenta su asqueroso día (si, si, asqueroso es la palabra idónea). He de reconocer que esta chica tiene una gran fuerza de carácter, y sabe contar las cosas como nadie, pero el día que tuvo, madre mía, yo no lo quisiera tener…
Pues total, que ayer por la mañana, se encontró un perro envuelto en un albornoz abandonado en la barrera del refugio, luego, le trajeron un perro atropellado, y para acabar la faena, le dejaron, otra vez en la barrera, a una perra con su pequeño ambos en muyyy malas condiciones…
Pero aquí no acaba la historia… ¡Qué va!!!
Pues nada, en el transcurso del día, se presenta un señor en el refugio (empiezo con “señor”, veré con qué calificativo acabo el relato) que pregunta si tienen cachorros para Reyes.
Obviamente, ninguna persona cuerda (y menos un refugio, que se pelea cada día para salvar vidas) regala cachorros para Reyes, o Navidades, o Dios sabe qué fiesta, porque los cachorros de Fiestas son los abandonados y sacrificados del verano en las perreras…
Luego el hombre pide para ver a los perros, mi amiga accede, y va el tío y se fija en la perra abandonada con su pequeño la misma mañana, abre todos los caniles, entra donde la perra y la coge de mala manera, mi amiga entra trás él e intenta quitarle el animalito de las manos, le chilla, el impresentable ése la insulta, y la amenaza con los puños, ella le grita que va a llamar a la policía.
Así y todo, ella consigue zafarse y deja al hombre encerrado en los caniles para avisar a sus familiares (que no habían oído nada del alboroto), y cuando vuelve a salir, se da cuenta que el loco se ha ido dejando salir a todos los animales.
Ella coge un palo y corre detrás del coche, el tío casi atropella a su padre y se da a la fuga, y mi amiga, corriendo detrás del coche, intentando hacer que lo parase la Guardia Civil que justamente estaba en el cruce de carretera, pero no pudo ser…
Y luego, venga a recoger todos los animalitos que salieron tras suya y que se paseaban por la carretera…
¡¡¿¿Os dais cuenta???!!! La gentuza hasta se mete en tu casa, viene a increpar e insultar, y podría haber ocurrido cualquier cosa, con semejante pieza…
En este caso, mi amiga tuvo “suerte”, por decirlo de algún modo, pero se ha llevado un buen susto a la par que un cabreo impresionante…
Esto es muy preocupante, estoy pensando en montar un evento para costear la instalación de cámaras de vigilancia (hombre, no le he dicho nada). Así, se podría grabar a los que abandonan sus animales en la puerta de la entrada, y sería un excelente medio de disuasión…
No sé donde va a parar la cosa, cada día oigo y leo noticias que me dejan flipada, y que hacen que me pregunte si los humanos somos realmente “humanos”… Más pasa el tiempo, y más pienso que no nos merecemos vivir en este planeta que nos dio, y nos da, tanto, a pesar de que nos empeñemos en destruirlo todo, fauna, flora…