Papa

Hoy es un día de estos que llamamos tontos… Ya sabéis, estos días en los que una se siente rara, o piensa un poco en lo que la ha llevado a recorrer el camino que ha recorrido hasta hoy…

Estos días de septiembre siempre me recuerdan a mi padre, porque era su cumpleaños, y también el mes de su partida al otro lado…

Mi padre, con el que tuve broncas impresionantes, por eso de tener caracteres opuestos, y quizá por haber crecido en culturas distintas…

Él era un español chapado a la antigua, nacido en un uno de estos pueblos perdidos por el monte, era un hombre con muchos defectos, pero por encima de todo, tenía un corazón de oro. Era generoso, y humano…

De él, y también de mi madre, aprendí lo importante que es dar y compartir, aunque no tengas mucho. Aprendí lo importante que es respectar la vida, lo importante que es proteger el medio ambiente, y lo importante que es estar en harmonía con la naturaleza.

Mi padre solía hablar de su juventud aquí en Mallorca, cuando se iba de caza con su hermano por el monte, en lo que ahora se llama “La Mola” en Andratx…

Solía arrepentirse de haber quitado vidas por el sólo placer de tirar unos cuantos perdigones… Porque, al fin y al cabo, mi padre era sabio.

Recuerdo también cuando estaba reformando su casa, y que se quedó sentado en la cocina, vigilando un agujero que quería tapar no sin antes haberse asegurado de que los ratoncitos que había visto entrar hubiesen salido… No quería emparedarlos vivos…

Tengo esa imagen en mi mente, mi padre, con el pelo blanco y el mechón rebelde agachado a la espera de ver salir a los ratoncitos (que por cierto, salieron)…

Recuerdo las veces en que compraba estos “chopped” en el Spar, para darles trocitos a modos de chuches a los más de 20 gatos que vivían con él…

Y yo, por aquel entonces, no entendía porque les tenía tanto afecto a sus gatos… Es que se dejaba la vida en ellos, les llevaba a castrar, les llevaba al veterinario si se ponían enfermos, y les daba de comer… Era todo un espectáculo verlo con todos estos gatos “arremolinándose” a su alrededor en un concierto de maullidos…

Si… Eran tiempos dulces, aunque no me diera cuenta…

Y le vi llorar desconsolado cuando “Mirlito” fue envenenado… Y fue entonces, cuando me di cuenta que aquí, las cosas eran distintas…

Cuando supe que algunos ayuntamientos echaban veneno para matar a los gatos callejeros… Era más fácil para ellos matar en lugar de fomentar la castración…

Si… Hoy es un día tonto, un día de melancolía….

Papa tout seul